16 de abril de 2014

EL ANILLO

Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro sin mirarlo, le, dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después...- y haciendo una pausa agregó- si quisieras ayudarme tú a mi, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

E...encantado, maestro- titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.

Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado.

Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó. Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación.

Maestro- dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

Qué importante lo que dijiste, joven amigo- contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-58 MONEDAS!!! Exclamó el joven. -Sí, replicó el joyero- yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé...si la venta es urgente..

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.

Siéntate- dijo el maestro después de escucharlo- Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.

LA LUCIERNAGA Y LA SERPIENTE

Cuenta la historia, que una serpiente comenzó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía asustada y a toda velocidad de la predadora, pero ella seguía siempre atrás.

Huyó durante un día... dos días... y al tercer día, ya sin fuerzas la luciérnaga frenó y dijo a la serpiente:

-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro a otorgar ese privilegio a nadie, pero como te voy a devorar... pues pregunta!
-¿Pertenezco a tu categoría de alimentos?
-No -contestó la serpiente...
-¿Te he hecho algún mal?
-No... -volvió a responder
-Entonces, ¿por qué quieres terminar conmigo? -siguió la luciérnaga
-PORQUE NO SOPORTO VERTE BRILLAR...! -terminó diciendo la serpiente

Moraleja:

Si ya te ha ocurrido o si en algún momento llegas a éste punto en que debas preguntarte: "¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo, ni daño a nadie? ahora ya conoces la respuesta: Porque no soportan verte brillar!
Si eres luciérnaga, por más que te lo propongas no podrás dejar de brillar, ¡es tu naturaleza!
Tampoco podrás deshacerte de las serpientes, forman parte de la naturaleza.
Así que aprovecha tus alas y vuela alto y aunque tu brillo moleste a los predadores... sigue brillando!

CONVIVIR CON LA ADVERSIDAD

Un anciano maestro Hindú se cansó de las quejas de su aprendiz, y así que, una mañana, lo envió por algo de sal. Cuando el aprendiz regresó el maestro le instruyó al joven infeliz poner una manotada de sal en un vaso de agua y luego beberla.

-“¿A qué sabe?” preguntó el maestro.
-“Amargo,” respondió  el aprendiz.

El maestro rió entre dientes, y entonces le pidió al joven tomar la misma cantidad de sal en la mano y ponerla en el lago. Los dos caminaron en silencio al lago cercano, y una vez que el aprendiz lanzó al agua su manotada de sal, el maestro dijo, “Ahora bebe del lago.”

En cuanto el agua se escurría por la quijada del joven, el maestro le preguntó,

-“¿A qué sabe?”
-“Fresca,” comentó el aprendiz.
-“¿Te supo a sal?”, preguntó el maestro.
-“No,” dijo el joven.


En esto el maestro se sentó al lado de este joven serio quien le recordaba de sí mismo y le tomó sus manos, diciendo:

“El dolor de la vida es pura sal; ni más, ni menos. La cantidad de dolor en la vida permanece exactamente la misma. Sin embargo, la cantidad de amargura que probamos depende del recipiente en que ponemos la pena. Así que cuando estás con dolor, o adversidades de la vida,  la única cosa que puedes hacer es agrandar tu sentido de las cosas. Deja de ser un vaso. Conviértete en un lago.”

9 de noviembre de 2011

¿PATO O AGUILA?

Rodrigo estaba haciendo fila para poder ir al aeropuerto. Cuando un taxista se acercó, lo primero que notó fue que el taxi estaba limpio y brillante. El chofer bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones negros muy bien planchados, el taxista salio del auto dio la vuelta y le abrió la puerta trasera del taxi.
Le alcanzo un cartón plastificado y le dijo: yo soy Willy, su chofer. Mientras pongo su maleta en el portaequipaje me gustaría que lea mi Misión.
Después de sentarse, Rodrigo leyó la tarjeta: Misión de Willy: “Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera mas rápida, segura y económica posible brindándole un ambiente amigable”
Rodrigo quedo impactado. Especialmente cuando se dio cuenta que el interior del taxi estaba igual que el exterior, ¡¡limpio sin una mancha!!
Mientras se acomodaba detrás del volante Willy le dijo, “Le gustaría un café?
Tengo unos termos con café regular y descafeinado”. Rodrigo bromeando le dijo:
“No, preferiría un refresco” Willy sonrío y dijo: “No hay problema tengo un
hielera con refresco de Cola regular y dietética, agua y jugo de naranja”. Casi tartamudeando Rodrigo le dijo: “Tomare la Cola dietética”
Pasándole su bebida, Willy le dijo, “Si desea usted algo para leer, tengo el
Reforma, Esto, Novedades y Selecciones…”
Al comenzar el viaje, Willy le paso a Rodrigo otro cartón plastificado, “Estas son las estaciones de radio que tengo y la lista de canciones que tocan, si quiere escuchar la radio”
Y como si esto no fuera demasiado, Willy le dijo que tenia el aire acondicionado prendido y preguntó si la temperatura estaba bien para él. Luego le avisó cual seria la mejor ruta a su destino a esta hora del día. También le hizo conocer que estaría contento de conversar con él o, si prefería lo dejaría solo en sus meditaciones. ...
“Dime Willy, -le pregunto asombrado Rodrigo- siempre has atendido a tus clientes así?”
Willy sonrió a través del espejo retrovisor. “No, no siempre. De hecho solamente los dos últimos dos años. Mis primero cinco años manejando los gaste la mayor parte del tiempo quejándome igual que el resto de los taxistas. Un día escuche en la radio acerca del Dr. Dyer un “Gurú” del desarrollo personal. El acababa de escribir un libro llamado “Tú lo obtendrás cuando creas en ello”. Dyer decía que si tu te levantas en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendrás, muy rara vez no se te cumplirá. El decía: Deja de quejarte. Se diferente de tu competencia. No seas un pato. Se un águila. Los patos solo hacen ruido y se quejan, las águilas se elevan por encima del grupo”.
“Esto me llego aquí, en medio de los ojos”, dijo Willy. “Dyer estaba realmente hablando de mi. Yo estaba todo el tiempo haciendo ruido y quejándome, entonces decidí cambiar mi actitud y ser un águila. Mire alrededor a los otros taxis y sus chóferes… los taxis estaban sucios, los chóferes no eran amigables y los clientes no estaban contentos. Entonces decidí hacer algunos cambios. Uno a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios”.
“Se nota que los cambios te han pagado”, le dijo Rodrigo.
“Si, seguro que si”, le dijo Willy. “Mi primer año de águila duplique mis
ingresos con respecto al año anterior. Este año posiblemente lo cuadruplique.
Usted tuvo suerte de tomar mi taxi hoy. Usualmente ya no estoy en la parada de taxis. Mis clientes hacen reservación a través de mi celular o dejan mensajes en mi contestador. Si yo no puedo servirlos consigo un amigo taxista águila confiable para que haga el servicio”.
Willy era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi normal.
Posiblemente haya contado esta historia a mas de cincuenta taxistas, y solamente dos tomaron la idea y la desarrollaron. Cuando voy a sus ciudades, los llamo a ellos. El resto de los taxistas hacen bulla como los patos y me cuentan todas las razones por las que no pueden hacer nada de lo que les sugería.
Willy el taxista, tomo una diferente alternativa:
El decidió dejar de hacer ruido y quejarse como los patos y volar por encima del grupo como las águilas.
No importa si trabajas en una oficina, en mantenimiento, eres maestro, Un servidor publico,"político", ejecutivo, empleado o profesionista, ¿Cómo te
comportas? ¿Te dedicas a hacer ruido y a quejarte? ¿Te estás elevando por encima de los otros?
Recuerda: ES TÚ DECISIÓN Y CADA VEZ TIENES MENOS TIEMPO PARA TOMARLA

15 de junio de 2011

LA SILLA

La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo. Cuando el sacerdote llegó a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote asumió que el hombre sabía que vendría a verlo.

- "Supongo que me estaba esperando", le dijo.

- "No, ¿quién es usted?", dijo el hombre.

- "Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted. Cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo iba a venir a verlo".

- "Oh sí, la silla", dijo el hombre enfermo. "¿Le importa cerrar la puerta?".

El sacerdote, sorprendido, la cerró. "Nunca le he dicho esto a nadie, pero... toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, etc., pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y salió por el otro, pues no tengo idea de cómo hacerlo. Por ello hace mucho tiempo abandoné por completo la oración. Esto ha sido así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: "José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas... Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente tuyo , luego con fe mira a Jesús sentado delante tuyo. No es algo alocado el hacerlo, pues Él nos dijo 'Yo estaré siempre con ustedes'. Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora mismo".

José continuó hablando: "Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija, pues me internaría de inmediato en la casa de los locos".

El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo y que no cesara de hacerlo, luego hizo una oración con él, le extendió una bendición, los santos óleos y se fue a su parroquia.

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó: "¿Falleció en paz?". "Sí", respondió la hija. "Cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama. Me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?".

El sacerdote se secó las lágrimas de emoción y le respondió: "Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera".

22 de septiembre de 2008

EL ALPINISTA

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía, después de años de preparación pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, solo podia ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos los gratos y no tan gratos momentos de la vida... El pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos... SI, como todo alpinista experimentado, habia clavado estacas de seguridad con candados a una larguisima soga que lo amarraba de la cintura. En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedo más que gritar: -"AYUDAME DIOS MIO..." De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó: -"QUE QUIERES QUE HAGA?" -"Salvame Dios mio." -"REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?" -"Por supuesto Señor " -"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..." Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...
Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda... A DOS METROS DEL SUELO...
Y tu ? Qué tan confiado estas de tu cuerda?Porque no la sueltas?

8 de septiembre de 2008

"DIEZ COSAS QUE DIOS NO TE PREGUNTARÁ"

1. Dios no te preguntará qué modelo de auto usabas; te preguntará a cuánta gente llevaste.

2. Dios no te preguntará los metros cuadrados de tu casa; te preguntará a cuánta gente recibiste en ella.

3. Dios no te preguntará la marca de la ropa en tu armario; te preguntará a cuántos ayudaste a vestirse.

4. Dios no te preguntará cuán alto era tu sueldo; te preguntará si vendiste tu conciencia para obtenerlo.

5. Dios no te preguntará cuál era tu título; te preguntará si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.

6. Dios no te preguntará cuántos amigos tenías; te preguntará cuánta gente te consideraba su amigo.

7. Dios no te preguntará en qué vecindario vivías; te preguntará cómo tratabas a tus vecinos.

8. Dios no te preguntará el color de tu piel; te preguntará por la pureza de tu interior.

9. Dios no te preguntará por qué tardaste tanto en buscar la Salvación; te llevará con amor a su casa en el Cielo y no a las puertas del Infierno.

10. Dios no te preguntará a cuántas personas enseñaste este mensaje, te preguntará si te dio vergüenza hacerlo.

25 de agosto de 2008

ÁNGEL

Dicen que un ebrio en un automóvil se pasó una luz roja. Causó un accidente múltiple de seis autos en la calle 109.

Muchos cuerpos tendidos estaban por doquier y sangre regada por todos lados las sirenas ululaban, la muerte estaba en el aire.

Una madre atrapada dentro de su auto, fue escuchada sobre todo por el ruido, su ruego casi rompe el aire: Oh, Dios, por favor salva a mis niños!

Ella trataba de liberar sus manos atrapadas, pero el metal torcido la mantuvo cautiva. Su mirada llena de terror se enfocó en donde el asiento trasero había estado, pero todo lo que vio fue vidrio roto y dos sillas de niños destruidas. Sus gemelos no se veían por ningún lado; ella no los escuchaba llorar. Y luego, ella rogó para que hayan sido arrojados del vehículo. Oh Dios, no los dejes morir! Luego los bomberos llegaron y la liberaron, pero cuando buscaron en la parte trasera, no encontraron niños, aunque los cinturones de seguridad estaban intactos.

Ellos pensaron, que la mujer estaba loca y que estaba en el auto sola, pero cuando trataron de interrogarla descubrieron que había desaparecido. Policías la vieron corriendo sin rumbo gritando mas fuerte que el ruido de las ambulancias suplicando desesperadamente. Por favor ayuda para encontrar mis niños!

Ellos tienen cuatro años de edad y visten camisa y jeans azules para hacer juego. Un policía hablo, están en mi auto y no tienen ningún rasguño. Ellos dicen que su Papá los puso ahí, y les dio a cada uno una paleta de dulce, luego les dijo que debían esperar a que su mamá regresara para que los lleve a casa. El policía dijo que busco por todos lados pero no puedo encontrar al Padre. Probablemente dejo el área, supongo, y eso es muy malo. La Madre abrazó a los gemelos y dijo, mientras se limpiaba las lágrimas. Él no pudo haber dejado el área, ya que el murió hace un año.

El policía pareció confundido y preguntó, ¿Cómo puede ser eso verdad? Los niños dijeron, Mami, Papi vino y dijo que te diéramos un beso por él. Él dijo que no debíamos preocuparnos y que tu estarías bien, y luego nos puso en este auto con las luces brillantes y bonitas.

Queríamos que el se quedara con nosotros porque lo extrañamos mucho, pero él nos abrazó muy fuerte y dijo que tenía que irse.

El dijo que algún día entenderíamos y nos dijo que nos portáramos bien, y que te dijéramos que el siempre nos está cuidando. La Madre supo sin lugar a dudas que lo que ellos decían era verdad, ella recordó las últimas palabras del Padre: Yo los cuidaré.

El reporte de los bomberos no pudo explicar como el auto había sido totalmente destruido y ninguno de los tres tenía heridas.

Pero en el reporte de la policía estaba escrito en letras muy pequeñas:
Un Ángel salvó la noche en la Autopista 109. La oración de 7 segundos, solo repita esta frase y vea como Dios actúa. Señor, te quiero y te necesito, ven a mi corazón, bendice mi familia, mi casa, mis amigos y a mi. Amen" Aquél que tiene mil amigos no tiene un amigo a quien no corresponder. Esta mañana cuando el Señor abrió una ventana al Paraíso, Él me vio y pregunto: "Hijo mío, cual es tu mas grande deseo para hoy?" Yo respondí: Señor, por favor cuida a la persona que esta leyendo este mensaje, a su familia y sus amigos especiales. Ellos se lo merecen y los quiero mucho".

El amor del Señor es como el océano, puedes ver su comienzo, pero no su final.

19 de agosto de 2008

LAS COSAS NO SIEMPRE SON LO QUE PARECEN

Dos Ángeles viajeros se pararon para pasar la noche en el hogar de una familia muy adinerada. La familia era ruda y no quiso permitirle a los Ángeles que se quedaran en la habitación de huéspedes de la mansión.
En vez de ser así, a los Ángeles le dieron un espacio pequeño en el frío sótano de la casa. A medida que ellos preparaban sus camas en el duro piso, el Ángel más viejo vio un hueco en la pared y lo reparó. Cuando el Ángel más joven preguntó ¿por qué?, el Ángel más viejo le respondió, "Las Cosas no siempre son lo que parecen."

La siguiente noche, el par de Ángeles vino a descansar en la casa de un señor y una señora, muy pobres, pero el señor y su esposa eran muy hospitalarios. Después de compartir la poca comida que la familia pobre tenía, la pareja le permitió a los Ángeles que durmieran en su cama dónde ellos podrían tener una buena noche de descanso. Cuando amaneció, al siguiente día, los Ángeles encontraron bañados en lágrimas al Señor y a su esposa. La única vaca que tenían, cuya leche había sido su única entrada de dinero, yacía muerta en el campo. El Ángel más joven estaba furioso y preguntó al Ángel más viejo, ¿cómo pudiste permitir que esto hubiera pasado?

El primer hombre lo tenía todo, sin embargo tú lo ayudaste; el Ángel más joven le acusaba. La segunda familia tenía muy poco, pero estaba dispuesta a compartirlo todo, y tú permitiste que la vaca muriera.

"Las Cosas no siempre son lo que parecen," le replicó el Ángel más viejo.

"Cuando estábamos en aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en aquel hueco de la pared. Debido a que el propietario estaba tan obsesionado con avaricia y no dispuesto a compartir su buena fortuna, yo sellé el hueco, de manera tal que nunca lo encontraría."

"Luego, anoche mientras dormíamos en la cama de la familia pobre, el ángel de la muerte vino en busca de la esposa del agricultor. Y yo le di a la vaca en su lugar. Las Cosas no siempre son lo que parecen."

Algunas veces, eso es exactamente lo que pasa cuando las cosas no salen como uno espera que salgan. Si tú tienes fe, solamente necesitas confiar en que cualesquiera que fueran las cosas que vengan, serán siempre para tu ventaja. Y podrás no saber esto hasta un poco más tarde...

Algunas personas vienen a nuestras vidas y rápidamente se van... Algunas personas se convierten en amigos permanecen por un tiempo... dejando huellas hermosas en nuestros corazones... y nunca volvemos a ser iguales, porque hemos hecho un buen amigo!!

Ayer es historia. Mañana un misterio. Hoy es un regalo. Es por ello que es llamado el presente!

4 de agosto de 2008

LA TRISTEZA Y LA FURIA

En un reino encantado en donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta. En un reino mágico donde las cosas no tangibles se vuelven concretas.
Había una vez, un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se
reflejaban permanentemente, Hasta aquel estanque mágico y transparente se acercaron la tristeza y la furia para bañarse en mutua compañía.
Las dos se quitaron los vestidos y, desnudas, entraron en el estanque. La furia, que tenia prisa(como siempre le ocurre a la furia), urgida-sin Saber porque-, se baño rápidamente y más, rápidamente salo del Agua.
Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad. Así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, el primer vestido que encontró, y sucedió que aquel vestido no era el suyo, si no el de la tristeza, Y así vestida de tristeza se fue.
Muy calmada, muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde esta, la tristeza termino su baño y, sin ninguna prisa-o, mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo-con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla se dio cuenta que su ropa no estaba. Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo. Así que se puso la única ropa que había junto al estanque: el vestido de la furia.

Cuentan que, desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la Furia, ciega, cruel, terrible y enfadada. Pero si nos damos tiempo para mirar bien, nos damos cuenta de que esta furia que vemos es solo un disfraz y que detrás del disfraz de la furia , en realidad, esta escondida la
tristeza.